3 lecciones que dejará el virus

Nuestro día a día parece tan inalterable y nuestras vidas transcurren de modos tan normales hasta que algo remueve los cimientos que sostienen nuestros hábitos, patrones y conductas. Una importante causa de remoción para muchas personas en el mundo ha iniciado en forma de virus en estos últimos días.

En este preciso momento la mayoría de gobiernos del mundo piden a sus poblaciones mantenerse aislados y no salir de casa. Eso me hace pensar que este es un episodio inédito en la vida de muchos y que indudablemente nos dejará algunas lecciones sobre lo que estamos comenzando a hacer por el confinamiento y el estado de pánico, lecciones que serán muy útiles para los que tengan una mirada sensata y proactiva sobre la realidad:

Lecciones sobre tecnología y comunicación

Hoy que el virus ha afectado a más de 160.000 personas en el mundo, está surgiendo la necesidad urgente de impedir aglomeraciones, esto significa nada de reuniones, capacitaciones, fiestas, conferencias ni visitas a concurridas playas (aunque muchos hagan precisamente lo opuesto). Como alternativa se propone utilizar medios de comunicación digitales. Un ejemplo lo veía el fin de semana en la TV española cuando el Jefe de gobierno ha tenido que reunirse con sus consejeros por videoconferencia para evitar el contagio. Pero ¿y si en la normalidad se celebraran más videoconferencias y menos reuniones en donde se gastan recursos y tiempo? Estamos acostumbrados a dejar el pragmatismo a un lado porque quizá nos agradan las puestas en escena y la parafernalia, celebramos reuniones que se pueden resumir en un correo, y al condumio del mensaje algunas veces lo dejamos en segundo plano. Hemos esperado que un virus nos imposibilite salir de nuestras casas para saber que existen plataformas como Hangouts o Zoom, para saber que hay alternativas de e-learning como Udemy o Coursera, o también para finalmente considerar viable la alternativa del teletrabajo. Hoy buscamos lo que necesitamos en el corto plazo porque somos enormemente reactivos, pero nos queda de lección que el desconocimiento o el desinterés nos puede siempre tomar por sorpresa.

Lecciones sobre salud e higiene

De una humilde señora escuché la semana pasada decir: «Ahora no queda otra opción que siempre lavarse las manos». ¿Y antes no lo hacía señora? En estos días quedó en evidencia que para mucha gente los hábitos de higiene en realidad no eran hábitos. ¿Y qué decir de la alimentación? Una defensa confiable ante el virus consiste en tener un resistente sistema inmunológico construido por rutinas dietéticas de calidad, pero para las personas que no se alimentaron correctamente nunca en sus vidas tal vez tienen un buen momento para repensar la lista de chatarras que ingieren. ¿Y qué decir también sobre el cielo azul y limpio? Sobre los países en donde han bajado los niveles de contaminación del aire por la baja actividad industrial. Es tan paradójico que hoy se pueda salir a la calle a respirar un aire más limpio pero que al mismo tiempo no se pueda a salir a la calle porque podemos afectarnos de un aire tóxico. Tenemos hoy buenos argumentos y experiencias para considerar cambios y exigir cambios permanentes a favor de nuestra salud, ¿los tomaremos?

Lecciones sobre balance emocional

Pánico, medidas exageradas, paranoia, hipocondria, negación, estrés, temor desmedido, agresividad… muchos hemos visto presencial o virtualmente las escenas en formato lectura, audio o video de como otras personas caen rápidamente hacia un estado de desbalance emocional. El estado de confinamiento seguramente ha hecho que sintamos en carne propia estas emociones, pues tal vez no nos habíamos dado cuenta que muchas rutinas las fabricábamos fuera de casa. Estamos practicando forzosamente una temporada de bloqueo a alternativas que nos conectaban al mundo exterior, para inevitablemente dirigirnos hacia el plano interior. Si sentimos incomodidad dentro de nuestra propia casa o dentro de nuestra propia mente es porque en el fondo odiamos o desaprobamos algo de nosotros mismos o de nuestros seres más cercanos. ¿Qué tenemos de valor dentro de casa? ¿Qué tenemos de valor dentro de nosotros mismos? Tal vez es un tiempo para ordenar el tiempo y las cosas, una oportunidad para leer un libro que nunca leímos, para empezar un proyecto que estaba dormido, o de simplemente conectarnos con nuestra soledad y reformular muchos aspectos que no tolerabamos de nuestras propias vidas.

Un gran pensador de nuestros tiempos, Yuval Harari dice que el mayor reto de nuestra época consiste en lograr conocernos tan bien a nosotros mismos que empecemos a dominar realmente el arte de controlar nuestros destinos. El coronavirus nos ha dejado expuestos a un estado de fragilidad increíble, tanto así que hoy podemos evidenciar con mucha facilidad que definitivamente NO tenemos el control y que somos seres automáticos y predecibles. Vemos lo poco conscientes que estamos de lo que nos hace bien y lo poco enterados que estamos de nuestras ventajas y debilidades. Si las lecciones que nos deja esta pandemia no las captamos conscientemente con sensatez y tranquilidad de espíritu, no pasará absolutamente nada, solo seguiremos siendo quienes hemos sido siempre, humanos que caen una y otra vez entre sus paradojas e ignorancias.